La Fundación Villacisneros, define en su decálogo los principios que inspiran su actividad. Uno esencial es la defensa de nuestro Estado de derecho y las instituciones que lo configuran en nuestra Constitución. La Monarquía parlamentaria, además de formar parte de nuestra tradición histórica, ha jugado un papel crucial en la consolidación de nuestra democracia.

Gracias al modo en que ha ejercido su papel moderador de las instituciones, su deber de neutralidad y su capacidad simbólica y de representación dentro y fuera de nuestra nación, hemos alcanzado cotas de libertad y progreso que han situado a España como una de las naciones más libres y prósperas en el concierto internacional. Esta es la razón por la que hemos titulado este nuevo ámbito de trabajo como “La Monarquía de todos”.

A pesar del éxito evidente que para España supone esta forma de Estado, o quizá por ello, en los últimos tres años asistimos a una campaña perfectamente orquestada en la que no sólo se cuestiona la Corona, sino que por otra parte se opaca su presencia, su importancia y su significado. El objetivo final es ir allanando el camino para facilitar, de momento por la vía de los hechos, el tránsito hacia la tercera República.

Ante esta grave situación, en la Fundación Villacisneros hemos diseñado una campaña para divulgar las virtudes de la Monarquía parlamentaria y destacar su contribución a la construcción de una España mejor. Una nación en la que el espíritu de concordia y unidad que presidió nuestra transición a la democracia, se mantenga vivo y presida de manera armónica las relaciones institucionales.

Para lograr el objetivo señalado hemos desarrollado ya una serie de acciones –artículos en prensa, conferencias, campañas en redes sociales- que pueden consultar aquí y que son acompañadas de otras nuevas como el diseño de las herramientas audiovisuales que están ya también a su disposición a través de nuestra web. Concretamente un vídeo y una aplicación interactiva a través de los cuales destacamos los hitos más importantes protagonizados por Juan Carlos I y Felipe VI en nuestra historia reciente.

Esperamos que con la difusión de nuestra actividad y el apoyo de aquellos que, como usted, comparten este objetivo, obtengamos el resultado deseado. Y, sobre todo, como procuramos siempre, lo que ya hemos logrado es pasar a la acción evitando asistir como simples espectadores ante este nuevo ataque a nuestros símbolos y a nuestra historia.