El primer taller con el artista David Magán marcó el inicio de una experiencia artística muy especial, estructurada en dos partes claramente diferenciadas: una más mecánica y otra más lúdica y creativa.
Durante esta primera sesión, nos centramos en la fase mecánica del proceso, trabajando en cadena y en equipo. El grupo se dividió en cuatro equipos, y cada uno asumió una parte específica del proceso de creación.
- Un grupo ha colocado cinta de carpintero en uno de los lados de cada triángulo para mantenerlo blanco y sin pintar.
- Los otros tres grupos se encargaban de aplicar el color, uno por cada tono primario: rojo, amarillo y azul.
La obra final consistirá en una serie de tableros blancos sobre los que se colocarán los triángulos, pintados con los colores primarios: rojo, amarillo y azul. Según la composición que decidan crear con los triángulos, se generarán diferentes resultados visuales.
El taller propone “pintar con la luz” a través del juego: los reflejos de los colores sobre el fondo blanco producirán una rica interacción de tonos y luminosidad, dando vida a composiciones únicas que cambian según la perspectiva y la incidencia de la luz.
Fue un taller en el que todos trabajaron muy concentrados. En cuanto cogieron el ritmo, el grupo avanzó con rapidez y precisión, comprendiendo perfectamente la técnica. Además, la actividad permitió trabajar la motricidad fina, favoreciendo la coordinación y la atención al detalle.





















