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«Nuestro principal adversario es hoy la nada, la socialización de la nada”; el relativismo moral, tiene una dimensión europea y mundial. Contra eso lucha One for Us”»

«Nuestro principal adversario es hoy la nada, la socialización de la nada”; el relativismo moral, tiene una dimensión europea y mundial. Contra eso lucha One for Us”»

La resignación, la cobardía, la incomparecencia en el ámbito cultural, la falta de un diagnóstico de la auténtica crisis de valores que padecemos, la fuerza de la mentira, una moda dominante, nos están llevando a una situación en la que una parte de la sociedad europea y de la sociedad española se siente huérfana de representación pública en la defensa de una convicciones.

«One of Us» (Uno de nosotros) nació como una iniciativa popular europea, de acuerdo con lo establecido en el Tratado de Lisboa, a través de la cual, si se conseguían más de un millón de firmas y unos mínimos en una serie de países, se establecía un cauce en el Parlamento Europeo para el debate del contenido de la misma.

«One of Us», iniciativa en defensa del embrión, obtuvo casi dos millones de firmas, repartidas en los 28 países de la Unión, y fue la que obtuvo mayor respaldo ciudadano popular de todas las presentadas. La respuesta la Comisión Europea fue negativa, una decisión decepcionante pero no sorprendente.

La iniciativa pretendía que las instituciones de la Unión no respaldaran financieramente proyectos en los que se destruyesen embriones humanos, y que simultáneamente no se apoyaran en el ámbito de la Cooperación al Desarrollo prácticas abortivas en el exterior.

Ante la respuesta de la Comisión, decidimos transformar la Iniciativa en una Federación europea, sobre la base de las numerosas organizaciones nacionales que habían respaldado la referida iniciativa.

Esta Federación, creada en 2014, ha organizado en París un primer gran encuentro en la defensa de la Vida, que se celebrará el próximo sábado día 12 de marzo en París. Y la Fundación Jérôme Lejeune, de hecho, actuará como anfitrión de la reunión.

Vamos a institucionalizar por primera vez un Premio Europeo en defensa de la Vida. Este acto, enlazando con mis primeras palabras del artículo, pretende expresar nuestra actitud basada en que no aceptamos resignadamente la actual situación política y jurídica imperante en la mayor parte de los países europeos, en los que se desprecia el profundo significado de la vida y de la dignidad humana.

En la próxima década, el principal y más inmediato debate que tendremos será de carácter cultural, sobre las raíces de nuestros valores, convicciones e instituciones y especialmente aquellos más cercanos a la persona. No podemos ni queremos permanecer encerrados en nuestra ciudad, en nuestra comunidad, en nuestra nación.

Nuestro principal adversario hoy, la nada, la «socialización de la nada», el relativismo moral, tiene una dimensión europea y mundial. La actual moda dominante está provocando un miedo considerable, incluso pánico, en la defensa pública de las convicciones más profundas de nuestras familias europeas. Una crisis de «valores» en plural provoca una crisis de «valor» en singular.

La Unión Europea debe rearmarse moralmente para afrontar el desafío que hoy tenemos delante de nosotros. Nuestra Federación, el acto que vamos a celebrar en París, constituye nuestra principal contribución a una cultura de la vida.

El debate cultural arranca con el derecho a la vida, con los derechos del embrión, que es «uno de nosotros». Por encima de todo, queremos destacar «éxitos» como la familia, la maternidad, el matrimonio, todos ellos expresión de la vida, más que centrarnos en la gestión de los fracasos. Partimos del hecho de que hay millones de lecciones de vida entre las familias europeas que se han hecho más y mejores desde la comprensión del significado de la obligación, el esfuerzo, el sacrificio.

La Federación «One of Us» tiene la voluntad de fortalecer la unidad de todos los grupos y organizaciones que defienden los mismos valores que nosotros en Europa.

No queremos reemplazar ni sustituir las múltiples y ejemplares organizaciones que en sus respectivos territorios defiendan el derecho a la vida y la dignidad humana. Lo que queremos es ser capaces de trabajar juntos, de colaborar unidos, en unas determinadas acciones como la que celebramos en París.

Sabemos que no hay atajos en este desafío cultural, en la resolución de esta crisis. Solo con un cambio de actitud personal, solo con millones de cambios de actitud personal respecto al derecho a la vida, podemos hacer frente a esta crisis de valores que estamos viviendo.

La vida no es cualquier don; la vida no es cualquier derecho. Es el don más preciado, es el derecho que tenemos que apreciar, valorar y defender con más entusiasmo y coraje. Solo habrá auténticos proyectos políticos de regeneración y rectificación, que tanto necesitamos, si hay millones de cambios de actitudes personales, empezando por la defensa de la vida. La Federación pretende ayudar a configurar una nueva corriente de opinión en el ámbito europeo. Más allá, por encima de las siglas políticas concretas. Somos plenamente conscientes de una cierta incomparecencia cultural de estas convicciones en estas últimas décadas. Pero, frente a quienes dicen que ya es muy tarde, les recordaría el refrán «más vale tarde que nunca». Sabemos que además del relativismo moral que sufrimos vamos a padecer los extremismos que surgen como consecuencia de la «nada». Porque la «nada» no culmina en la «nada», sino que extrema lamentablemente las posiciones.

Nosotros, por el contrario, queremos acercarnos a la raíz de nuestra crisis, que esencialmente está en la persona, y es de naturaleza moral. No queremos ni creemos en los extremos, pero estamos convencidos de que hay que ir a la raíz de lo que nos está pasando, empezando por nosotros mismos.

 

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