El 8 de octubre de 2017 no fue un día más en la historia reciente de España. Esa mañana se congregaron en las calles de Barcelona cientos de miles de personas. Sin apenas organización, sin un partido o institución que protagonizase la convocatoria y sin saber muy bien cómo se les recibiría, catalanes y personas venidas de todos los rincones de la Península y de las islas reivindicaron lo que nos une como españoles. Por primera vez, Barcelona no estaba tomada por los nacionalistas, sino por una mayoría, hasta entonces silenciosa y silenciada, que perdió el miedo y gritó con fuerza “Yo soy español”. Ese día marcó un antes y un después. Los protagonistas no fueron políticos o personajes famosos, sino personas anónimas que quisieron apoyar a quienes, desde hacía años, estaban cautivos de la política de los partidos independentistas. Las banderas españolas lucieron, por fin, orgullosas en los balcones de las casas y en las calles de la Ciudad Condal.
La periodista y escritora Emilia Landaluce describe en su obra No somos fachas, somos españoles (uno de los cánticos más populares de aquella manifestación) cómo se desarrolló ese 8 de octubre. Su obra, amena y escrita con una prosa ágil, se apoya tanto en el testimonio de muchos de esos asistentes anónimos como en su propia experiencia. La autora, además de abordar la manifestación, ahonda, a lo largo de los distintos capítulos del libro, en la situación política actual, en el golpe de Estado o en los prejuicios que los españoles venimos arrastrando sobre nuestro pasado y nuestro país. El suyo es, en definitiva, un trabajo accesible e interesantísimo que nos ayuda a comprender el complejo escenario político que nos ha tocado vivir.
Así lo explica la propia autora: “El libro es un recorrido sobre cómo se gestó la manifestación del 8 de octubre y analiza de manera muy sucinta los motivos por los que un millón de españoles (de todas las ideologías) perdieron los complejos. En los últimos años, gran parte de los ciudadanos han superado (otra cosa es olvidar o reivindicar) los prejuicios legados por el franquismo y esa excepcionalidad que se le supone a España. Asimismo, durante 2016 asistimos a una reconciliación de los españoles con su pasado, con su presente pero también con sus símbolos. ¿Qué pasó? Para explicarlo, este libro intercala el análisis con el breve testimonio (y los motivos) de diferentes personas que asistieron a esa manifestación para gritar que eran españoles. Y no fachas”.