Se analizó el origen y la repercusión de leyes como la de Violencia de Género y la de Memoria Histórica.
La Fundación Villacisneros ha celebrado el martes 5 de febrero un Foro de Pensamiento en el que Alicia Delibes, que fuera viceconsejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Francisco José Contreras, catedrático de Historia por la Universidad de Sevilla y Miguel Ángel Quintana, doctor en Filosofía por la Universidad de Salamanca y profesor de ética en la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid, han analizado “Las leyes ideológicas: Violencia de Género y Memoria Histórica”, moderados por el periodista Hermann Tertsch.
Tertsch, coordinador de los Foros de Pensamiento de Villacisneros, inició el coloquio advirtiendo sobre la batalla cultural que se está librando en Occidente entre, por un lado, libertad y valor del ser humano y, por otro, colectivismo y manifestaciones neomarxistas. Señaló que las leyes ideológicas propician la coerción y la disciplina social, imponen una forma de pensar y reprimen lo que no encaja en ese pensamiento obligatorio.
Alicia Delibes, autora del libro “La gran estafa” sobre las reformas educativas, afirmó que la primera ley ideológica, la más grave que aprobó Zapatero en su momento fue la de la Educación que promovía el igualitarismo llevado a sus consecuencias más extremas para impedir que nadie destaque sobre los demás. Respecto al feminismo radical, señaló que se trata de una trampa inmensa que pretende hacer que el hombre y la mujer sean lo mismo. Citó a Tocqueville para recordar que “Cuando te obsesionas con la igualdad, acabas sacrificando la libertad” y contó las discusiones en los plenos del Ayuntamiento de Madrid a causa de la Ley de Memoria Histórica con la que en su opinión lo único que se pretende es “crear conflicto social”.
En su intervención, Francisco José Contreras destacó el fracaso de la izquierda en el siglo XX que “se debería haber disuelto en 1989”. Sin embargo, lo que hizo fue “cambiar de naturaleza y poner en marcha el marxismo cultural para alterar el modelo de familia, la bioética, introducir el multiculturalismo o la búsqueda de nuevos sujetos revolucionarios que viven fuera del sistema, entre los que pretenden incluir al sexo femenino, a los homosexuales o a los inmigrantes”. En opinión de Contreras, la partida ya no se juega en el tablero de la economía sino en el de la cultura y está en riesgo la gran conquista del siglo XIX que fue superar la segmentación de la sociedad haciendo que el sujeto de derechos y deberes fuera el individuo. “Esa gran conquista está siendo desmontada con el colectivismo jurídico”, advirtió.
Por su parte, Miguel Ángel Quintana afirmó que cualquier ley es ideológica y que en teoría se ha impuesto el relativismo, la aceptación de que existen muchas realidades diferentes. Sin embargo, señaló que lo que ocurre es que se intenta imponer la verdad de unos sobre la de otros. “Es una paradoja de nuestra sociedad”, indicó Quintana, quien incidió en que el relativismo es una tendencia postmoderna, también llamada pensamiento débil por el que nadie tiene verdades que imponer, y que obvia que la realidad existe por sí misma. Esto conduce, según Quintana, a la lucha por el poder, a lo arisco, lo enconado y al odio. Ya no hay realidades, sino proyectos y quien no los apoya es el enemigo. “Existe una división absolutamente dualista en la sociedad, aunque en teoría se defienda la tolerancia”, concluyó.
En el coloquio entablado entre los ponentes se abordaron nuevos puntos de vista como el planteado por Alicia Delibes sobre la estrategia del neocomunismo para conseguir la hegemonía ante el liberalismo con instrumentos como el control del lenguaje, con lo que se está consiguiendo que la gente no se atreva a decir lo que piensa. A lo que Miguel Ángel Quintana sumó el dominio que estas ideologías ejercen en las humanidades, hasta el extremo de que en la Universidad Complutense de Madrid se ha obligado a los profesores a suscribir la Ley de Violencia de Género bajo la presión de represalias en el caso de que no lo hicieran. “Con estas imposiciones se está consiguiendo que los individuos dejen de buscar el conocimiento por sí mismos, señaló.
Francisco José Contreras se lamentó de que se está agrupando a los seres humanos en “rebaños”, denunció que la Ley de Violencia de Género criminaliza colectivamente al varón y reclamó que se plante cara sin miedo sin hacer seguidismo a las ideologías obligatorias.
Todos los ponentes coincidieron en la necesidad de que se deroguen las leyes ideológicas aunque hubo matices con respecto a la Ley de Violencia de Género que tanto Delibes como Quintana consideraron que se debe reformar porque aunque la violencia contra la mujer es una realidad, con la actual ley se produce una asimetría penal entre hombres y mujeres, existen numerosas denuncias falsas y subvenciones sin control a organizaciones feministas radicales. Contreras por su parte, abogó por su sustitución por una Ley de violencia intrafamiliar.
Con respecto a la Ley de Memoria Histórica, Quintana consideró que “no se debe dejar espacios vacíos” y que habría que modificarla, mientras que Delibes y Contreras consideraron que se debe derogar.
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