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Fundación Villacisneros

2 junio 2015

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Ignacio Astarloa, presidente del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, ha impartido la conferencia “El valor de la Ley como fundamento de la Democracia” dentro del ciclo “España y sus valores”, organizado por la Fundación Villacisneros y el Casino de Madrid.

Ignacio Astarloa, presidente del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, ha impartido la conferencia “El valor de la Ley como fundamento de la Democracia” dentro del ciclo “España y sus valores”, organizado por la Fundación Villacisneros y el Casino de Madrid.

Tras el saludo inicial de los presidentes de la Fundación Villacisneros, Iñigo Gómez-Pineda y del Casino, Javier Torico, María San Gil, patrona de la Fundación presentó a Ignacio Astarloa destacando las cualidades humanas y profesionales que a lo largo de su dilatada carrera política ha puesto en evidencia el que fuera diputado por Vizcaya durante las legislaturas del Gobierno de José María Aznar y le agradeció su dedicación, sabiduría y compromiso firme con las ideas en las que cree.

Ignacio Astarloa dio comienzo a su disertación mostrando abiertamente su preocupación por la crisis que padece España que en su opinión no es solo económica sino que también lo es institucional y de valores. Por esa razón considera esenciales fundamentos como el de la Ley para hacer posible la convivencia democrática. “El principio de legalidad es imprescindible en la democracia representativa” manifestó haciendo patente su inquietud ante comportamientos políticos que ponen en cuestión el respeto a las leyes. “Nos encontramos en un momento en el que hay que recalcar obviedades como que no se mata, no se roba o no se convocan referéndums de secesión”, señaló.

Astarloa no eludió en su intervención los retos a los que se enfrenta la democracia española que tiene que ser “El Gobierno de las leyes, no el de los hombres”. Reconoció que la judicial es una de las grandes reformas pendientes y afirmó que él siempre ha sido un gran reformista y que también la Constitución ha de ser reformada pero nunca destruida puesto que en su opinión es estupenda y los males que padece España no vienen de ella sino de la no aplicación rigurosa de la Ley. Asimismo se mostró partidario de renovar las instituciones.

Una de las grandes amenazas de España, indicó, es el nacionalismo a cuya perseverancia no se hace frente con la misma tenacidad que ellos ponen en sus constantes desafíos. En su opinión hay que desenmascarar sus falsedades y no tolerar que los nacionalistas incumplan sistemáticamente las leyes e incluso las sentencias judiciales sin que su actitud desafiante tenga consecuencias punitivas. No existe el derecho a decidir, esa expresión solo encubre la búsqueda de la secesión. El único sujeto titular de la soberanía es el pueblo español y ningún ordenamiento jurídico del mundo incluye el derecho a la secesión, recalcó mostrando su inquietud ante las próximas elecciones en Cataluña que se quieren “transmutar en un referéndum de independencia. Asimismo advirtió del peligro de las “terceras vías” para contentar a los nacionalistas.

En cuanto a la lucha contra el terrorismo, asunto que abordó en profundidad, manifestó que “cuando se aplica la ley se acierta, y cuando se obvia se cometen gravísimos errores” en clara alusión a los procesos de negociación llevados a cabo por el Gobierno socialista. Astarloa recalcó la importancia de la aplicación estricta de la ley, sin atajos, en toda su intensidad y legitimidad y con determinación y convicción. Destacó los logros conseguidos durante la etapa del Gobierno de José María Aznar, especialmente la aprobación de la Ley de Partidos, “desactivada por el Tribunal Constitucional” y denunció que “las togas se han manchado con el polvo del camino” algo que nunca debería haber ocurrido y reivindicó la autoridad del Estado: “El terror nunca empata con el Estado sino que los terroristas deben ser vencidos”. Sin embargo hoy en día, constató, están en las instituciones porque ETA tiene un partido político, conserva su arsenal de armas y no se ha disuelto. Y además de todo esto, está elaborando impunemente un relato exculpatorio. La explicación a esta situación es, en su opinión, que todos querían el final de ETA pero no todos querían el mismo final. “Se les ha regalado respetabilidad, ser sujeto político, capitalizar el final e imponer su falso relato”, lo que considera de extrema gravedad. “No podemos tolerar la instauración de un relato que mantenga que el terrorismo tuvo sentido”, concluyó.

Para finalizar, Astarloa destacó que es imprescindible impedir que los propios políticos desprecien impunemente la ley, que no se puede admitir que desde las propias instituciones se jalee la desobediencia civil, que las leyes están para ser cumplidas y no deben ser papel mojado, que tampoco se puede hacer leyes “como churros” y que la sociedad civil no puede mirar hacia otro lado, sino que debe estar vigilante y contribuir a la preservación de la autoridad de la ley porque “sin ley no hay democracia” y porque “la ley es un instrumento que garantiza la libertad”.

 

 

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