Según frase atribuida a Pedro Egaña, Diputado General de Álava y Ministros de Gracia y Justicia de Isabel II, “El fuero es no pagar” o según el catedrático de economía aplicada, Mikel Buesa “pagar menos”. Con esta rotundidad comenzó el último foro sobre el nacionalismo celebrado el 27 de junio que, con el título “Una España desigual, un país dos sistemas”, contó también con la participación del catedrático de economía Ángel de la Fuente y fue moderado por el periodista Pedro Rayón.
Resultó un coloquio interesante en el que se aclaró tanto el origen y contenido de la Ley del Concierto, así como el sentido del cupo aportado por el País Vasco a la hacienda estatal. Ambos ponentes destacaron como elemento más relevante del sistema, su opacidad. Una opacidad que permite al Gobierno Vasco, que curiosamente carece de competencias fiscales residenciadas en las Diputaciones Forales, plantear cada año la cantidad que desea pagar al Gobierno de España y que, en teoría, corresponde al peso del PIB vasco en el conjunto nacional –el 6,24%- y que contribuye al sostenimiento de las competencias no asumidas por la autonomía (defensa, asuntos exteriores, justicia, Corona etc.)
Como ejemplo de esta opacidad el profesor de la Fuente exhibió dos documentos, uno de 130 páginas, correspondiente al desglose de la relación fiscal entre las Comunidades Autónomas de régimen común y el Gobierno de España y otro, un folio del BOE, que recoge la cantidad que debe abonar el Gobierno Vasco como consecuencia de la ley quinquenal del cupo. Una ley ésta que, curiosamente, se aprueba por el procedimiento de lectura única no permitiendo en consecuencia la presentación de enmiendas.
Los tres ponentes coincidieron en descartar la implantación de este sistema excepcional en toda España dada la situación de debilidad extrema que supondría para la hacienda estatal que acabaría por carecer de recursos propios. Igualmente demandaron mayor claridad en la explicación del cálculo del cupo para que deje de ser un instrumento de pura negociación política por parte de los partidos que sostienen al Gobierno Vasco, hasta la fecha siempre controlados por los nacionalistas, a la hora de aprobar la investidura de turno o los presupuestos generales del Estado.