El galardón, a título póstumo, ha sido entregado a sus hijas por Iñigo Gómez-Pineda, presidente de la Fundación Villacisneros
Ana María Vidal-Abarca ha recibido, a título póstumo, el Premio de la Fundación Villacisneros como reconocimiento a su larga, infatigable e intachable labor a favor de las víctimas del terrorismo, a su defensa de la vida, de la justicia y de la libertad y a su compromiso absoluto con la democracia y con España.
Durante un acto celebrado en la Casa de América, el lunes 16 de noviembre, el presidente de la Fundación Villacisneros, Iñigo Gómez-Pineda, destacó el peligro que supone para la sociedad vivir “como si ETA no hubiese existido” y el riesgo de que “nos estemos dejando por el camino la dignidad”. Por ello, declaró que concediendo el premio a Ana María Vidal-Abarca la Fundación pretende “honrar su memoria, honradez y valentía, y seguir exigiendo en su nombre que se depuren todas las responsabilidades penales y políticas de quienes han justificado, alentado y colaborado en el asesinato de 858 personas.”
Ana Velasco Vidal-Abarca, en representación de sus hermanas, fue la encargada de pronunciar un discurso en el que destacó la fortaleza de su madre para sacar adelante a sus cuatro hijas después de que “ETA la dejara viuda sin compasión, como a otras muchas mujeres”. Además, resaltó el “privilegio de tener unos padres extraordinarios a los que les debemos todo lo que somos y cuya contribución a una España mejor nos enorgullece y será siempre un acicate para nosotras”. Finalmente dedicó el premio a las víctimas de los últimos atentados terroristas en París, Estambul y Beirut, y a todos los que han sido “golpeados por el odio y el fanatismo”.
La anterior premiada, Esperanza Aguirre, realizó una emotiva alabanza de Ana María Vidal-Abarca, en la que enfatizó que “se echó sobre su espalda la responsabilidad de que las víctimas tuvieran el reconocimiento que merecen”. Añadió que Ana María “mantuvo una firmeza insuperable y una dignidad admirable”. Por último, resaltó que “su defensa de las víctimas del terrorismo” la llevó a convertirse en “una verdadera heroína”,
En el acto de entrega, presentado por María San Gil, intervinieron también Ana Iribar, viuda del teniente alcalde de San Sebastián, asesinado por ETA, Gregorio Ordóñez, y presidenta de la Fundación que lleva su nombre. Iribar destacó que Ana María era una “activista sin complejos” y añadió que “España estará en deuda con ella mientras exista una sola víctima sin resarcimiento, un terrorista sin condena”.
Sonsoles Álvarez de Toledo, cofundadadora de la AVT junto con Ana María Vidal-Abarca y con la que compartió los años más difíciles en la lucha a favor de las víctimas, recordó emocionada lo duro que fue aquel comienzo en el que todas las puertas estaban cerradas, las víctimas se escondían y no recibían ningún apoyo institucional.
Tras la emotiva intervención de dos de los nietos de Ana María Vidal-Abarca, se emitió un video con declaraciones del expresidentes del Gobierno José María Aznar, en las que destacó que la premiada “protagonizó una de las páginas más valiosas de la lucha por el reconocimiento de las víctimas del terrorismo”. Aznar aseguró que Ana María “hizo lo más difícil: romper el silencio y desafiar al miedo” y sentenció que “su contribución fue decisiva para movilizar a la sociedad contra el terrorismo”.
También se emitió un video realizado por el cineasta Iñaki Arteta en el que se recogen testimonios de víctimas del terrorismo y de personas cercanas ala premiada, tales como Gracia Roca, viuda de una víctima del hotel Corona de Aragón, Maite Pagazaortundua, que fuera presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo tras la presidencia de Ana María, Ángeles Pedraza, actual presidenta de la AVT, el académico Rogelio Alonso, el historiador Fernando García de Cortazar, y otros familiares cercanos. Todos ellos destacaron la humanidad, integridad, coherencia, valor y dignidad de las que hizo gala a lo largo de su vida.
Al acto acudieron entre otros la defensora del pueblo, Soledad Becerril, el que fuera alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, Jaime Mayor Oreja, la presidenta de la FVT, María del Mar Blanco, la presidenta de COVITE, Consuelo Ordoñez, los políticos Ignacio Astarloa, Cayetana Álvarez de Toledo, Santiago Abascal, Ramón Rabanera, Regina Otaola, Ángel Acebes y Javier Zarzalejos.
La presente es la segunda edición de un premio de carácter anual y cuyo objetivo es destacar a aquella persona o institución que se haya caracterizado por su compromiso con la defensa de los valores que sustentan la Fundación, basados en la defensa de la dignidad, la libertad individual, la democracia y el Estado de Derecho, desde la óptica de la cultura occidental y del humanismo cristiano. En la pasada edición fue premiada la política Esperanza Aguirre. El galardón, una mirada simbólica, ha sido diseñado por el escultor Víctor Ochoa.
Sobre Ana María Vidal-Abarca
Nacida en Vitoria en 1938, Ana María Vidal-Abarca contrajo matrimonio con Jesús Velasco Zuazola quién fue asesinado por la banda terrorista ETA en 1980 cuando como comandante del arma de caballería ocupaba el cargo de jefe del cuerpo de Miñones de la Diputación Foral de Álava. Ana María se trasladó a Madrid con sus cuatro hijas y un año después fundó la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Desde ese momento trabajó de forma incansable para lograr que se protegiera a las familias de las víctimas que en aquellos años quedaban absolutamente desamparadas, reclamando en todo momento que se hiciera justicia sin cesiones ni negociaciones y que las víctimas tuvieran el reconocimiento público que merecían. Fue presidenta de la AVT entre 1989 y 1999 y en 2001 se incorporó a la Fundación de Víctimas del Terrorismo primero como vicepresidenta y entre 2004 y 2005 como presidenta. Fallecida el pasado 15 de junio, su figura concitó un respeto unánime por su compromiso, valentía y coherencia en los años más duros del terrorismo.
Sobre la Fundación Villacisneros
La Fundación Villacisneros, fundada por la familia Gómez-Pineda Fagalde, es una institución privada sin ánimo de lucro, fundada en el año 2007, con el objetivo de promover los valores y principios, basados en la defensa de la dignidad, de la libertad individual, la democracia y el Estado de Derecho, desde la óptica de la cultura occidental y del humanismo cristiano. Del mismo modo, defiende la garantía de los derechos fundamentales de la persona, comenzando por el derecho a la vida, la solidaridad, la igualdad de oportunidades, las libertades y la justicia social para todos los españoles.
La Fundación mantiene un sólido compromiso con las víctimas del terrorismo y una defensa férrea de la realidad histórica de España.
Becas a estudiantes de familiares de víctimas del terrorismo, edición de libros como “Cuando la maldad golpea”, foros y conferencias son sus principales actividades.